Reseña histórica
Reseña Histórica de la FATERYH
2 de octubre de 1942: Constitución del Sindicato
Jesús Santamaría, ya desde el Sindicato Unión de Trabajadores de Casas Particulares, supo ver, junto a otros compañeros del gremio, la necesidad de diferenciarse como encargados de casas de renta, mediante la creación de su propia organización profesional.
El 2 de octubre de 1942 quedó constituido el Sindicato Único de Encargados y Ayudantes de Casas de Renta (SUEYACR), el hoy conocido por todos nosotros como Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH).
15 de noviembre de 1944: Primera conquista social
Fue gracias a la decisiva intervención del Coronel Perón que nuestro gremio consiguió la primera conquista social importante: el referido decreto 29.945, del 15 de noviembre de 1944. Este decreto dictaba disposiciones relativas al contrato de trabajo de los encargados de casas de renta tales como el reposo diario, semanal y anual, el preaviso y el derecho a la indemnización.
Octubre de 1945: Antecedentes al Día de la Lealtad
Para octubre de 1945, Perón tenía listo el decreto que instituía como derechos generalizados el aguinaldo, las vacaciones pagas, la indemnización por despido y fallecimiento, el reconocimiento a la licencia por enfermedad, al tiempo que se preveía un aumento general de salarios. De esta manera se llegó al 17, día en el cual los trabajadores tuvieron que movilizarse para rescatar al Coronel Perón —que había sido desplazado de sus cargos una semana antes— con una marcha que torció el rumbo de la historia del país, junto con la señora María Eva Duarte de Perón, para nosotros, la inolvidable compañera Evita, madrina de nuestro sindicato.
10 de mayo de 1946: Personería gremial al Sindicato
Por resolución del 10 de mayo de 1946 de la Secretaría de Trabajo y Previsión, le había otorgado “personería gremial al Sindicato Único de Encargados y ayudantes de Casas de Renta, con sede en la calle Lavalle 1294, de la Capital Federal, con el carácter de Sindicato que agrupa a los encargados, ayudantes y suplentes de casas de renta, para actuar en la mencionada capital”.
Desde el llano, junto a un pequeño grupo de compañeros y con el apoyo de la Comisión Directiva de nuestro sindicato, Santamaría jugó un papel decisivo en la aprobación de la ley 12.981, la primera en la que se establecieron orgánicamente funciones y condiciones de trabajo para el conjunto de los trabajadores de edificios de renta.
Entre otras disposiciones, la ley 12.981 extendía el reposo diario a diez horas consecutivas, más dos horas al mediodía para el almuerzo. También se incrementaban las vacaciones a veinte días para los trabajadores que excedieran los cinco años de antigüedad. Se elevaban de quince a treinta los días de preaviso y se aseguraba el derecho a la estabilidad en el empleo pasados los sesenta días en el mismo.
30 de enero de 1948: Primera Comisión Directiva
El 30 de enero de 1948 tuvo lugar una Asamblea General convocada para la elección de una nueva Comisión Directiva en nuestro sindicato. Como resultado, fueron electos: Jesús Santamaría, como secretario general; Ricardo Presedo, como secretario adjunto; Jesús Díaz, como tesorero; y Salvador Levy, como secretario de actas, entre los cargos más importantes. Cuatro días después, la nueva Comisión asumió en las instalaciones del sindicato que estaban ubicadas en la calle Luis Sáenz Peña 778 de nuestra ciudad de Buenos Aires.
Abril de 1948: La conducción de Santamaría
Con su llegada a la conducción, Santamaría se convertiría en el principal artífice del engrandecimiento del sindicato durante aquellos años de felicidad para el país.
En los primeros días de abril de 1948, Jesús Santamaría mantuvo una reunión con Perón y su señora. En ella, el Presidente les propuso la reforma de la ley, si ello era necesario para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de edificios.
Ante la respuesta afirmativa, hizo suyo el pedido y lo incluyó entre los proyectos que presentó el mismo 1º de mayo, después de dar por comenzadas las sesiones ordinarias del Congreso Nacional. Pero le pidió al sindicato que se encargara institucionalmente del seguimiento del trámite legislativo.
En la reunión de la Comisión Directiva del 1º de junio, y luego de intensas gestiones personales de varios de sus integrantes, se formó una subcomisión con el objeto de realizar una labor de seguimiento más sostenida. Allí mismo se conformó una segunda subcomisión para materializar una federación de alcance nacional que agrupara a los diversos sindicatos del gremio.
Octubre de 1948: Ley 12.981 y Constitución de FATERYH
A fines de octubre de 1948 se aprobaron las modificaciones de la ley 12.981, y con ellas se alcanzaría otra ley fundamental para los trabajadores del sector: la identificada con el número 13.263, cuya aplicación se garantizaría al reglamentarse en diciembre.
Fue durante ese 1949 que la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Particulares (hoy FATERYH) se haría realidad en un Congreso Extraordinario que se llevó a cabo entre los días 24 y 26 de setiembre.
8 de enero de 1951: Nuevo nombre (SUTER)
El 8 de enero de 1951 se realizó una Asamblea General Ordinaria en la que se resolvió cambiar el nombre de Sindicato Único de Encargados y Ayudantes de Casas de Renta (SUEYACR) por el de Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta (SUTER).
28 de febrero de 1951: Ley 14.095
Un proceso similar al de la ley 12.981 se viviría tiempo después con la ley 14.095 —promulgada el 28 de febrero de 1951— por la cual se incluyó en el mismo régimen a los trabajadores que desempeñaban cargos en edificios de propiedad horizontal.
Estas leyes —a la vez que se constituían en herramientas legales que ponían en una situación de avanzada al gremio en el campo de las conquistas sociales— facilitaron el incremento de su número de afiliados y el consiguiente crecimiento patrimonial que se tradujo en la adquisición de edificios propios, tarea que fue facilitada, a su vez, por el madrinazgo que la señora Eva Perón había asumido para con el gremio. Sumado a esto, la construcción de consultorios médicos, de una proveeduría y la creación —por Convenio 99/50— de una escuela sindical, cultural y profesional, fueron también indicios claros de esa evolución sostenida.
Mayo de 1951: Nueva Sede
Consecuentemente, en mayo de 1951, nuestro sindicato inauguraba una nueva sede social, más amplia y con mayores comodidades. Estaba en la calle Anchorena 1266 de esta querida ciudad de Buenos Aires.
1º de octubre de 1951: Convenio N° 164/51
De importancia histórica para nuestro sindicato fue el Convenio Nº 164/51 que entró en vigencia a partir del 1º de octubre de 1951. Su trascendencia se debe a la amplitud temática que abarcaba, desde escalas salariales y condiciones de trabajo hasta avances de carácter social como la creación de la Caja de Protección a la Familia “de todos los trabajadores de casas de renta, permanentes y mensualizados” que, básicamente, consistía en un seguro por fallecimiento del titular, a cobrarse por el familiar designado a tal fin.
16 de junio de 1955: Golpe de Estado
El 16 de junio de 1955 tuvo lugar el más criminal alzamiento militar de la historia argentina. Tras el bombardeo a la Plaza de Mayo, dos miembros de la Comisión Directiva habían escrito con cal la leyenda Perón o Muerte en el coche del sindicato, y en él anduvo entretanto Santamaría por toda la ciudad.Tuvo lugar la ocupación por la fuerza de las instalaciones del SUTER, tanto de la sede gremial como de la proveeduría, al tiempo que se detuvo prácticamente a toda la Comisión Directiva, con Jesús Santamaría a la cabeza. Se intervino a nuestro sindicato y sus bienes quedaron a disposición de los comandos civiles.
26 de julio de 1956: Suicidio del compañero Santamaría
La noche del 26 de julio de 1956 llegó conmocionado a Ciudadela el consuegro de Santamaría. Venía de La Reja a una hora desusada. Traía la amarga noticia de que lo había encontrado tirado en el dormitorio, con un brasero encendido y que no había podido hacerlo reaccionar de ninguna manera. Los familiares temieron lo peor. Efectivamente, Jesús Santamaría estaba muerto. Ese mismo día se cumplía el cuarto aniversario de la muerte de Eva Perón, y debido a lo que Evita había significado para él, todo hacía pensar que no había elegido al azar esa fecha para quitarse la vida.
Después de la muerte de Jesús Santamaría, y con la intervención al sindicato, comenzaría a crecer en influencia un hombre gris, Perfecto Barcia, quien acercó al Interventor el nombre del posible sucesor. Era Elijio García, un hombre con cierto manejo de la administración que se había fugado a San Juan por la delicada situación que se vivía. El único mérito que tenía para exhibir era el de haber sido secretario de monseñor De Andrea que, como es sabido, a su vez mantenía excelentes relaciones con el gobierno de Aramburu y Rojas. Una vez que los acontecimientos se estabilizaron, lo fueron a buscar y le ofrecieron directamente la secretaría general de nuestro sindicato.
Diciembre de 1961: Ingreso del compañero José Francisco Santa María
En diciembre de 1961 José Francisco Santa María comenzó a cubrir una suplencia por enfermedad de un encargado. El 4 de enero de 1962 quedó efectivo en ese edificio de la ciudad de Buenos Aires, en la calle Basavilbaso 1378. Allí permanecería prácticamente veinticinco años, hasta que saló —con permiso gremial— en 1985 cuando resultó electo como secretario general de la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERYH).
El sindicato ya tenía su denominación definitiva de SUTERH por una resolución de la Asamblea Extraordinaria del 6 de mayo de 1959 y estaba en una gran casona de la calle Juncal al 1300, la que luego se vendería para trasladarlo al edificio de Sarmiento al 2000, donde hoy funciona la central de nuestra Obra Social.
22 de marzo de 1973: Fallecimiento de Elijeo García
El 22 de marzo de 1973 murió Elijio García quien, desde su puesto de secretario general, había sido el hombre que, más o menos, había llevado adelante la administración del SUTERH. Desde ese momento, comenzaron a perfilarse en el gremio dos o tres grupos, uno de ellos tras la figura de Barcia, quien pasaría a ocupar el sillón vacante.
20 de junio de 1973: Regreso del Gral. Perón
El 20 de junio de 1973 tuvo lugar el definitivo regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina. Para entonces, José Francisco Santa María ya era vocal suplente de la Comisión Directiva del SUTERH y movilizó a un grupo de compañeros junto a Mastrángelo, Díaz y otros militantes, en un microómnibus para recibir al General en Ezeiza.
20 de julio de 1973: Convocatoria a Elecciones Nacionales
El 20 de julio, el gobierno convocó a elecciones para el 23 de setiembre; el 4 de agosto se proclamó la fórmula Perón Perón. Y en aquellas elecciones resultó electo, por tercera vez, por casi siete millones y medio de sufragios —que representaban el 61,85% de los votos emitidos— el viejo General acompañado en la fórmula por su esposa, María Estela Martínez de Perón.
12 de octubre de 1973: Perón asume su Tercera Presidencia
El 12 de octubre asumió Perón la primera magistratura de una Argentina jaqueada por una terrible ola de violencia motorizada por el accionar de las organizaciones armadas irregulares. Con setenta y ocho años de edad y con un muy precario estado de salud, Perón asumió la conducción de la Argentina. Pero, a pesar de ello, el apoyo de su pueblo le dio las fuerzas necesarias para apostar, una vez más, a la transformación del país, en una etapa distinta, y arriesgando nuevas soluciones posibles frente al profundo desorden en que se encontraba la República.
1º de julio de 1974: Fallecimiento del Gral. Perón
La salud del General ya había comenzado su derrumbe definitivo. Su muerte se produjo, finalmente, el 1º de julio, a la una y cuarto de la tarde.
19 de febrero de 1975: Asunción de la Sec. Gremial del Compañero José Francisco Santa María
Dentro del sindicato el día 19 de febrero asumió el compañero José Francisco Santa María la secretaría gremial del sindicato: éstas fueron las últimas elecciones que se realizaron hasta 1985. Barcia aprovechó la situación tensa que se vivía para no volver a hacer reuniones de delegados y permaneció en el cargo sacando sucesivas prórrogas a su mandato.
Un gremio que había crecido de cuatrocientos afiliados iniciales a ocho mil en apenas diez años, se encontraba —desde 1955— sumido en el estancamiento por la continuidad de una concepción que lo mantuvo dormido y sometido a los intereses de unos pocos.
10 de marzo de 1976: Ley del Diputado Alberto Stecco
El Diputado nacional Alberto Stecco, haciéndose eco de la necesidad de revertir la anacrónica situación de postergación de los trabajadores de edificios, presentó ante el Congreso un proyecto de ley que propiciaba una amplia reforma de las condiciones de trabajo en los edificios de renta y propiedad horizontal; entre ellas, se acotaba a ocho las horas de la jornada laboral. Sin especificar que se tenía que trabajar ocho horas, esto quedaba determinado a partir de establecer las doce horas de descanso entre el término de una jornada y el principio de la otra, sumadas a las cuatro horas de descanso intermedias. Por otra parte, se prohibía el trabajo los sábados después de las 13 horas y el domingo íntegro pasaba a considerarse feriado. Así quedó redactado el proyecto que se aprobó como ley el 10 de marzo de 1976.
23 de marzo de 1976: Palpitando el golpe de Estado
Con el clima de expectativa que se vivía la noche del 23 de marzo, el compañero José Francisco Santa María se encontraba reunido en Mataderos en el fondo de la casa de su madre quien, junto a sus dos tías, preparaba la comida como para disfrazar de cena familiar aquella reunión política. Ya para entonces se encontraba formado el grupo básico de lo que, tiempo después, se convertiría en nuestra Agrupación, con gente como los compañeros Flores, Mastrángelo y Toledo.
Para el conjunto del sindicalismo argentino, el día siguiente —el 24 de marzo de 1976— significaría el inicio de la persecución más feroz que hemos sufrido en toda nuestra historia.
Luego del golpe, se siguieron reuniendo allí, en la clandestinidad, a pesar de que el gremio no había sido intervenido y la conducción tenía la prórroga de sus mandatos. Los primeros martes de cada mes se hacía un plenario de ese grupo de compañeros en el que se perfilaban las actividades a seguir.
La ley 21.400 estableció severas penas para quienes participaran en una huelga y preveía el castigo de hasta diez años de prisión para quienes las promovieran.
Año 1976: Nueva Etapa de lucha
El año 1976 significó para nuestro gremio una nueva etapa de lucha, en un contexto hostil por muchas razones. Nuestro objetivo, cada vez más claro, consistía en la recuperación del SUTERH para el conjunto de los trabajadores de edificios. En esos momentos tuvimos que hacer, como simples trabajadores, lo que desde el sindicato no se hacía, y nuestro objetivo lo llevamos a cabo con esa herramienta invalorable que ha sido y es la Agrupación Azul y Blanca “2 de Octubre”.
Hacia mediados de 1976 tuvieron lugar los primeros planteos de José Francisco Santa María a Perfecto Barcia y a su conducción.
Ya desde la secretaría gremial del sindicato Santa María organizó junto al cuerpo de delegados que lo apoyó, las primeras manifestaciones de rebeldía.
27 de abril de 1979: Primera huelga general
El 27 de abril de 1979 se convocó a la primera huelga general. En noviembre de ese año, el gobierno sancionó la ley 22.105 de Asociaciones Profesionales, con la que expresó concretamente sus intenciones para con el sindicalismo en su conjunto. Por esta ley se disolvía la CGT y se prohibía el funcionamiento de cualquier otra institución de tercer grado. Entre otras medidas, se prohibían las actividades políticas de los sindicatos y se separaba a las obras sociales de sus estructuras naturales. El derecho de reunión se vio también seriamente limitado: no se podía realizar asamblea o congreso alguno sin la previa autorización de la autoridad de aplicación. Más de treinta años después, volvíamos a encontrarnos en las condiciones en que nuestros mayores habían fundado nuestro sindicato.
Agosto de 1980: Ley 22.269
En agosto de 1980 se dictó la ley 22.269 por la cual las obras sociales, ya desvinculadas de los sindicatos, pasaban a depender del Estado. En los últimos meses de ese año comenzó a reorganizarse la CGT, contra las pretensiones del gobierno de mantenerla en la disgregación.
En nuestro gremio, un importante punto de ruptura fue una asamblea que se realizó en un local de la calle Bernardo de Yrigoyen y cuya presidencia fue ganada al propio secretario general del sindicato. En ella el sector que respondía al compañero José Francisco Santa María rechazo la memoria y balance presentada, ambos presentaban irregularidades.
Año 1981: Profundos cambios en la Argentina
El año 1981 sería un año de cambios para la Argentina. La CGT convocó a una jornada nacional de protesta para el día 22 de julio. El ministro de trabajo, Julio César Porcile, declaró ilegal el paro apenas tuvo noticias de él, recordando además que la ley 21.400 continuaba en vigencia.
Aún sabiendo esto, los compañeros Mastrángelo y Santa María propusieron, en una reunión de Comisión Directiva, que había que plegarse a este movimiento. Barcia indicó que se dejara asentado en libro de actas la propuesta, con toda la intención de que quedara en claro que el sector de Santa María el promotor de esa iniciativa.
Esto fue utilizado después por Barcia como principal prueba de mi pertenencia a las 62 Organizaciones, uno de los argumentos que posibilitó la expulsión del compañero Santa María.
19 de febrero de 1982: Expulsión del compañero José Francisco Santa María
En nuestra Comisión Directiva, la situación de confrontación interna se fue tornando cada vez más crítica, hasta llegar a un punto en que Barcia se decidió a expulsar al compañero Santa María del sindicato. La asamblea definitoria fue convocada para el 19 de febrero de 1982 y en ella, finalmente, se mocionó la expulsión haciendo hincapié en su militancia peronista, en su vínculo con la CGT y en el hecho de recibir órdenes de Lorenzo Miguel, el principal dirigente de las 62 Organizaciones.
Se utilizó este dato de la realidad porque les brindaba un amplio margen de efectividad ante la presencia del gobierno dictatorial y antiperonista del “proceso” y porque, efectivamente, en ningún momento el compañero Santa María dejó de participar en las reuniones que se hacían en la clandestinidad para la libertad de los muchos compañeros que permanecían presos.
Si perdió en aquella asamblea realizada en la Federación de Box el sector de Santa María, aún cuando tenía más gente fue, porque Barcia supo utilizar la complicidad del ministerio de Trabajo a la hora de contar los votos a favor de las mociones que hacían ellos. No podían manejar la Asamblea por otro medio que no fuera el fraude
Después de la expulsión, Barcia no se atrevió a convocar a ninguna asamblea más: no quiso correr el riesgo de quedar mal parado debido a que sabía que Santa María continuaba trabajando como encargado y que desde la Agrupación podía llevar mucha gente, aún estando fuera de la estructura del sindicato.
Como estaban prohibidos los locales partidarios, los radicales habían acondicionado como biblioteca a un comité donde ellos se reunían, en la calle Avellaneda y Artigas, en el barrio porteño de Flores. Gracias a la intervención de Osvaldo Lucchese, que era un hombre del radicalismo, fue que nos consiguió, ese lugar que sirvió a también para pasar inadvertidos y poder así realizar nuestras reuniones a las que, a pesar de todo, iba mucha gente.
En uno de aquellos encuentros clandestinos se decido buscarle un nombre a la Agrupación que identificaba al sector de Santa María. Se la bautizó como “2 de Octubre”.
Si hubo algo decisivo para la continuidad de Santa María en la militancia gremial y política cuando fue expulsado del sindicato, es el hecho de haber mantenido el trabajo de encargado y contar, además, con la colaboración y el apoyo permanente de su familia.
La agrupación “2 de Octubre”, que había nacido como respuesta a las necesidades de un gremio cuya dirigencia decadente y amarilla era incapaz de encontrar, fue la herramienta decisiva para posibilitar el recambio de conducción que la situación del SUTERH exigía. En relación a la agrupación “2 de Octubre”, cabe decir que tanto su nacimiento como su desarrollo, además de ser participativos, estuvieron centrados en un trabajo de integración de la familia. En esto se tuvo especial cuidado siempre. La agrupación se inició y fue creciendo para, con y por la familia. Lo hizo desde el llano, con algunas fiestas familiares y peñas folklóricas.
Si algunos habían pensado que con excluir de la estructura formal al compañero Santa María iban a sacarlo de circulación, se equivocaron. En forma contraria a lo que esperaban, la expulsión fue un incentivo más para seguir en la lucha.
30 de marzo de 1982: Reorganización de la Agrupación 2 de Octubre
A partir de ese cambio, hubo que reorganizar la Agrupación desde una perspectiva distinta. En esa tarea jugó un papel muy importante el compañero Pereiras, quien fue su primer presidente. En principio, las reuniones se realizaban en la calle Brasil, en las mismas instalaciones de la CGT. Pero también la central obrera había empezado a crecer: a partir del 30 de marzo de 1982 reaparecieron muchos dirigentes y activistas que no habían estado en circulación hasta ese momento. Entonces tomamos la decisión de salir del edificio de Brasil para no causar problemas allí. Así fue que la Agrupación 2 de Octubre alquiló un local en la calle Constitución al 1200, junto a los compañeros de dos gremios hermanos, la FOECYT representada por Siava y el Sindicato Obreros de Maestranza (SOM), con Jorge Márques a la cabeza. Desde allí sé continuo con las actividades, en pleno año 1982, tratando de superar las dificultades evidentes que provocaba la transición de una postura dura de los militares hacia una posible salida democrática. En ese local hicieron las reuniones hasta mediados del año 1983.
Hacia fines de 1982: Nueva estrategia de la Agrupación 2 de Octubre
Tras la derrota de Malvinas, hacia fines de 1982, la Agrupación 2 de Octubre vio que se empezaba a abrir el panorama político, empezó a compartir un piso en la calle Talcahuano al 800 con un grupo de compañeros de la circunscripción 20. Estando ubicados en ese lugar fue cuando se le agrego al nombre de la agrupación el color azul y blanco que los identifica hasta hoy. Esto se hizo a propuesta del compañero Santa María, por una idea inspirada por los colores de la Bandera del Ejército de los Andes. Fue también allí donde se empezó a pelear la interna peronista.
Año 1983: El compañero José Francisco Santa María es candidato a concejal
Así fue candidato a concejal en la primera elección de 1983, aproximadamente en el puesto treinta el compañero Santa María. Después, la agrupación comenzó a trabajar en lo que se conoció como la renovación peronista y fue así que en el ’85 José Francisco Santa María fue nuevamente candidato a concejal metropolitano en el puesto 11 y en el ’87 ocupó el quinto puesto por la parte gremial y pudiendo de esta forma acceder al cargo.
Fue ése el momento en que a Barcia se le empezó a desmoronar la frágil organización que lo había sostenido hasta entonces, justamente a causa de la falta de participación de la gente. La intervención fue, es importante destacarlo, un factor decisivo para el debilitamiento de Barcia en la conducción, ya que con dicha medida perdía su apoyo económico. En tales circunstancias, su caída se transformó en irreversible ya que su gestión se apoyaba casi exclusivamente en el dinero de la obra social para mantener la estructura de aquel sindicato empequeñecido cuya conducción sería, paulatinamente, desbordada por la realidad.
30 de octubre de 1983: Elecciones Nacionales
El 30 de octubre el pueblo votó. En esas elecciones nacionales triunfó Alfonsín por el 51,7% de los sufragios. Eran las primeras elecciones que el Justicialismo perdía en toda su historia.
En aquellas elecciones, el compañero Roberto Rodríguez de la Agrupación 2 de Octubre, resultó electo consejero vecinal hasta 1987 en la Zona 1 que va desde Constitución hasta Retiro, incluyendo Barrio Norte. Este éxito electoral abrió mucho las posibilidades de la Agrupación en la medida en que facilitó la llegada a los compañeros y un trabajo político más continuado y sistemático.
La imaginación del Presidente le decía que había que llamar a elecciones en todos los sindicatos, para repetir allí, en las mismas proporciones, los resultados del 30 de octubre.
17 de diciembre de 1983: Ley de Reorganizamiento Sindical. (Ley Mucci)
En este contexto general, el 17 de diciembre, Alfonsín envió al Congreso la Ley de Reordenamiento Sindical, más conocida como Ley Mucci por el apellido de su primer ministro de Trabajo.
25 de enero de 1984: Convocatoria de la CGT unificada
La ofensiva encarada por el gobierno radical contra el movimiento obrero terminó por ser el principal motor de la reunificación de la CGT que se institucionalizó a partir de una reunión que tuvo lugar en la sede del Sindicato de la Alimentación, el 25 de enero de 1984. La CGT unificada convocó a una concentración pública para el 10 de febrero contra el proyecto de ley.
14 de marzo de 1985: Rechazo de la Ley Mucci en el Senado
Después de haber sido aprobado en Diputados —en medio de la algarabía alfonsinista—, el proyecto murió en el Senado, el 14 de marzo, cuando la iniciativa fue rechazada por el voto contrario de peronistas y de varios partidos minoritarios.
Año 1985: Intervención del Sindicato
El ministerio de Trabajo Juan Manuel Casella intervino el SUTERH y algunos otros gremios. Argumentando acefalía, se nombró interventor a un tal Cavalli. Este hombre era uno de los principales impulsores de una Lista Celeste integrada por gente de trayectoria más que dudosa y con quienes se hizo transitoriamente cargo de la conducción.
Barcia intentó demostrar que los fundamentos de la medida eran falsos pero no logró evitar que la intervención se hiciera efectiva.
Luego por el desbarrancamiento de la intervención de Cavalli, el ministerio de Trabajo devolvió la conducción del sindicato a Perfecto Barcia, pero ahora en calidad de delegado normalizador y con el compromiso de que concretara, en el transcurso del año, elecciones de las que surgiera una Comisión Directiva legitimada por el voto de los afiliados.
Poco tiempo antes de las elecciones del gremio, se convocó, desde la Agrupación 2 de Octubre, a la primera Jornada de la Militancia, en la que se perfilo el compromiso que asumirá el sector si se alzaba con la conducción del SUTERH. En aquella oportunidad se redacto un documento donde se anunciaban las primeras medidas que se pondrían en práctica desde el sindicato: Se comprometieron a la entrega del ajuar para el recién nacido y de guardapolvos a los chicos en edad escolar; se aseguraba la ampliación de las instalaciones del hotel de Mar del Plata demostrando que se podía construir algunos pisos más sobre el edificio del sindicato que da a la calle Buenos Aires en esa ciudad balnearia (algo que la Comisión Directiva de Barcia negaba sistemáticamente), etc., etc. De aquel primer compromiso, una vez en la conducción, se cumplió con creces, e incluso más de lo previsto (plan de viviendas, hotel en Los Cocos, etc.)
Poco tiempo antes de irse como interventor del SUTERH, Cavalli había establecido una amnistía en forma encubierta con la intención de favorecer a algunos hombres allegados a su sector que también habían sido expulsados durante la gestión de Barcia.
Debido a que aquella amnistía se había resuelto en la mayor de las reservas, el sector de Santa María se enteró de ella por comentarios casuales de un allegado a la Lista Celeste; entonces se le pidió al juez del Juzgado 38 que entendía en la causa que comprobara si era cierta o no su existencia. Atendiendo al reclamo, se mandaron los oficios a la conducción del sindicato. Cumplido el primer plazo impuesto por el Juzgado, los papeles que probarían la existencia de la amnistía no aparecieron.
Sólo ante la segunda intimación —y frente a la posibilidad cierta de intervención de la fuerza pública— la conducción accedió a entregar el texto de la amnistía que ya tenía unos meses de vigencia. En esa oportunidad tuvo que intervenir el secretario del juez que incluso sufrió maltratos por parte de gente que respondía a aquella conducción circunstancial del gremio.
Finalmente le fue restituida la afiliación al compañero Santa María ingresando en el padrón electoral entre los últimos habilitados para votar, antes de su cierre.
1 de Setiembre de 1985: Elecciones en el SUTERH
Las elecciones que tenían que ser el 4 de agosto se postergaron al 1º de setiembre porque la lista Celeste presentó un recurso argumentando que no había tenido tiempo para conformar su lista, su pedido fue aceptado.
En esas elecciones se presentaron cuatro listas: la que encabezaba la comisión transitoria, la Rosa, de Barcia; la misma Celeste que había protagonizado la intervención con el apoyo de “las 62″, la Naranja, que agrupaba a trabajadores de izquierda; y nosotros, como Lista Azul y Blanca, con el respaldo de los compañeros del Movimiento Sindical Renovador Peronista (MSRP), conocidos también como “los 25″.
El resultado final fue que ganó el compañero José Francisco Santa María con el 52,7% de los votos y en esta definición pesó que, en ningún momento, había bajado la guardia. También se recogió el resultado del trabajo en relación con la obra social, aparte del desarrollado en los barrios.
4 de setiembre de 1985: Asunción de la conducción del Gremio
Sin electricidad y a la luz del día, el 4 de setiembre de 1985, la nueva Comisión Directiva se hizo cargo de la conducción del gremio, con las instalaciones del sindicato en un estado realmente deplorable. Desde ese día, y en esas condiciones, se tuvo que poner en marcha el proyecto de reconstrucción del gremio.
Se tomó también la decisión de articular una política tendiente a reactivar nuestra Federación —la FATERYH— para lo que se comenzó a organizar un congreso inmediatamente luego de asumir la nueva conducción del SUTERH.
La federación se encostraba abandonada, estaba desarticulada; el secretario anterior no había vuelto a reunir a los miembros desde 1982. Y las organizaciones del interior, viendo los problemas que tenía Capital y sin los medios para llevar a cabo un congreso, esperó que el SUTERH Capital se normalizara. A poco más de un mes de asumir la conducción, ya se estaba realizando el congreso en el hotel de Mar del Plata, en el que se realizaron las elecciones donde se eligieron las nuevas autoridades y de la que resultó electo secretario general de la FATERYH el compañero José Francisco Santa María.
En 1989: OSPERYH vuelve al sindicato
En ese marco de crisis política e hiperinflación, el SUTERH, a pesar de todo, continuaba creciendo económica y patrimonialmente. Cuando fue electa la nueva conducción en 1985, la obra social estaba todavía intervenida. Había sido mantenida en esa situación irregular tanto durante los gobiernos militares como durante el período radical. Recién en 1989, OSPERYH volvió, a su ámbito natural: el sindicato.
La reorganización de OSPERYH, a partir de ese momento, se constituyó en el principal desafío de la nueva conducción: como la restitución fue una medida tan esperada como deseada, ya se tenían trazados los lineamientos necesarios para obtener soluciones concretas.
A tal efecto, fue designado por la Comisión Directiva del sindicato, por lo establecido en la ley 23.660, un administrador provisorio que se desempeñó en sus funciones hasta que asumió el Consejo Directivo de la OSPERYH ya normalizada. A su vez se nombró a tres compañeros del SUTERH para acompañarlo: Roberto Rodríguez, Felipe Ruiz y Víctor Santa María.
Apenas accedió a sus funciones, se le encargó al administrador provisorio la realización de una auditoría contable del período en que la obra social había permanecido intervenida; como era previsible, sus resultados permitieron verificar graves irregularidades y un estado económico desastroso. Ante la gravedad del informe presentado, decidimos dar curso a la autoridad competente.
Podemos decir que el estado de vaciamiento en que encontramos a OSPERYH no era muy distinto al que se encontraban muchas otras obras sociales sindicales como fruto de las sucesivas intervenciones. En una situación que era realmente crítica: no se podía pagar los sueldos, había cortes de servicio en los sanatorios, no contábamos con servicios médicos de urgencia, los consultorios resultaban insuficientes, entre otras deficiencias.
Esa fue la realidad con que se encontró la nueva conducción y a partir de ella tuvo que reconstruir a OSPERYH. Empezaron a dar los pasos necesarios para contar con los servicios esenciales, abaratando los costos en todo lo que se pudiera. Luego comenzamos, progresivamente, a trabajar sobre la calidad de los servicios: se pagó la deuda, se saldaron los compromisos con los sanatorios.
Había contratos leoninos de alta complejidad que imponían condiciones abusivas por parte de los prestadores: se cancelaron o se reformularon. Anulamos servicios de farmacia donde se brindaba un mínimo beneficio con relación a lo mucho que se pagaba de cápita. También se suspendió el contrato con algunos servicios médicos de alta complejidad y de urgencia a domicilio que significaban una importante sangría para la recaudación y no brindaban una prestación proporcional.
Se introdujeron reformas estructurales en el funcionamiento administrativo de la institución: en el área de informática y en lo específico del servicios de consultorios externos, mejorando la atención (que era escasa y de baja calidad).
Se parto de la premisa de que SUTERH y OSPERYH son de cada uno de los trabajadores de edificios y su familia, y que la mejor forma de ser coherente con ello era posibilitando la comunicación entre los afiliados y quienes tenemos la responsabilidad de la conducción.
2 de octubre de 1990: Inauguración del Centro Cultural y Deportivo
Se dedico gran parte del esfuerzos en este período a la finalización del Centro Cultural y Deportivo, del cual se había previsto como día de inauguración el 2 de octubre de 1990. La inauguración oficial tuvo lugar, finalmente, el 8 de octubre, con la presencia del Presidente de la Nación, Dr. Carlos Menem, y de otras importantes personalidades del ámbito político y gremial.
El año 1990 también fue de grandes adquisiciones. Se concretamos la compra de los predios linderos al Centro Cultural y Deportivo: el de la calle Balcarce, destinado a la construcción de cuatro canchas de paddle; y el de la calle Venezuela, que tras un cuidadoso trabajo de reciclado, se convertiría en lo que se dio en llamar en un primer momento nuestra Escuela de Artes y Oficios.
Por otra parte, el sindicato compró una casa en Belgrano para seguir contribuyendo a que la gente deba trasladarse lo menos posible hacia la sede central. Cumpliendo una vieja aspiración, el SUTERH adquirió el edificio de la calle Moldes 1988, donde comenzaron a funcionar nuevos servicios gremiales y de asistencia médica.
En la quinta de La Reja se comenzó a construir, en ese año, la gran pileta de natación de mil metros cuadrados de espejo de agua y las cuatro canchas de paddle.
Al poco tiempo de asumir la conducción de OSPERYH se comenzó a poner en práctica lo que se dio en llamar el Programa de Prevención y Educación para la Salud, que se inició poniendo especial atención en el cuidado de la mujer embarazada y el niño. Su originalidad reside en que quienes lo llevan adelante son compañeras pertenecientes al gremio, cumpliendo la función de promotoras de salud. Ellas trabajan en contacto directo con los afiliados, brindando atención personalizada a aquellos que concurren a las sedes de Sarmiento y Belgrano de nuestra obra social. Si bien está coordinado por técnicos, éste es el único plan cuya ejecución depende directamente de los trabajadores, en el marco de su actividad gremial.
Año 1992: Se hace realidad el Centro de Capacitación Profesional José María Freire
Entre los compromisos que asumió la comisión directiva para el segundo período, el de mayor importancia fue el de la creación y puesta en marcha del Centro de Capacitación Profesional José María Freire, un lugar específico desde donde impartir las materias básicas y más necesarias que le facilitasen al trabajador de edificios un mejor y más seguro desempeño de sus tareas, como son plomería, nociones de trabajo con gas o de cerrajería, por ejemplo.
En la actualidad el Centro está en marcha y se dictan en él cerca de veinte materias, desde la pintura más rústica hasta computación.
Los casi dos mil compañeros que se capacitan en diversas especialidades en nuestro Centro de Capacitación Profesional José María Freire —inaugurado en 1992— nos dan la pauta de que estamos cumpliendo efectivamente los anhelos de nuestros compañeros de la década del 40.
1988 – 2000: Experiencia Internacional
La experiencia acumulada, a su vez, por el conjunto del sindicalismo argentino a lo largo de estos años de realizaciones alcanzadas muchas veces resistiendo a políticas que se nos pretendía imponer desde las circunstanciales administraciones del estado nacional, han hecho al movimiento obrero argentino capaz de proyectarse internacionalmente.
Hoy, con el país en paz y con una democracia que sostiene la plena vigencia de todos los derechos, nuestra inserción a nivel mundial cobra un nuevo sentido.
La FIET, (Federación Internacional de Empleados y Técnicos) en tanto organización mundial, nuclea en 112 países a 365 sindicatos del sector con más de 11 millones de afiliados. La IRO-FIET es su delegación regional para las Américas, y a esta organización pertenece la FATERYH desde mediados de 1988 y es reconocida internacionalmente por su presencia en los encuentros donde se discuten las políticas que afectan a los compañeros trabajadores del rubro de servicios. Este reconocimiento ha permitido que la Argentina fuera elegida, en varias ocasiones, como sede de distintos acontecimientos de carácter internacional de gran importancia en tanto parte del mundo sindical.
Poco después de hacer efectivo nuestro ingreso realizamos un viaje a un congreso que se realizó en Ginebra, en ese mismo año y participamos en esa reunión mundial de la FIET, pero formando parte ya como miembros activos, con voz y voto.
En ese foro se eligieron las autoridades del congreso y se creó allí, por primera vez, la sección mundial de empleados de inmuebles de la que salió electo John Sweeney, el secretario general de la SEIU (Unión Internacional de Empleados de Servicio) que reune a trabajadores de Estados Unidos y Canadá.
En agosto de 1991, en la ciudad de San Francisco se llevó a cabo un congreso durante el cual se creó la sección de inmuebles de la IRO-FIET, que es la filial americana de la organización madre que es la FIET.
En la sección americana de trabajadores de inmuebles se eligió a la Argentina, representada por nosotros, para la presidencia, y a Brasil, en la delegación gremial de la CONTRATUH, para la secretaría general, mientras que la delegación de los Estados Unidos asumió una de las vicepresidencias.
En el año 2000 se organizó una federación sindical internacional llamada Union Network Internactional (UNI) que cuenta con presencia en los cinco continentes. Reúne a más de 800 sindicatos con 15 millones de miembros en unos 140 países. La UNI posee una estructura organizada a escala mundial, regional, sectorial e interprofesional. La FATERYH participa en el sector de servicios y mantenimientos, asumiendo la responsabilidad de la secretaría general en las Américas, el compañero Osvaldo Bacigalupo.
También el compañero Víctor Santa María mantiene un rol ejecutivo dentro de la mencionada organización Internacional. Elegido Presidente de UNI – Américas jóvenes.
La historia se construye todos los días por tal razón seguramente esta breve reseña, se verá modificada muchas veces más. Esperemos que sea en beneficio no solo de nuestros afiliados y su familia sino que también de NUESTRO PUEBLO ARGENTINO.